LAS TEORÍAS DE THE HUM



The Hum, también conocido como el zumbido del Apocalipsis, es un extraño fenómeno sonoro, al parecer proveniente del cielo o de las entrañas de nuestro planeta. Internet está inundado de audios, vídeos y artículos relacionados con este fenómeno, que ha conseguido crear un desconcierto global. Los testigos de este sonido, lo describen como una explosión, zumbido, chirrido, e incluso lo han calificado de “trompetas anunciando el fin de los tiempos”, pero esta última descripción asusta a los más crédulos, pensativos, a los más introvertidos y racionales. Este sonido tuvo lugar en una pequeña aldea de Nuevo México, en un pequeño pueblo llamado Taos. Lo bautizaron como el “Ronquido de Taos”, una baja frecuencia parecida al sonido de un motor de diesel sonando a través de cristales y tiene un parecido al sonido de los trípodes de la famosa película de ciencia-ficción “La guerra de los mundos”. Es un sonido aproximadamente de 20 hertz o 20 vibraciones por segundo, que se encuentra dentro de los límites de audición que puede escuchar un ser humano, aunque hay gente que lo puede llegar a oír. También se ha conseguido grabar en vídeo el sonido “the Hum”, hay muchos vídeos en Youtube sobre este fenómeno. 

Todo comenzó en los años 90, aunque también fue conocido en los años 70 y 80 en zonas como Nueva Zelanda y la ciudad de Bristol, en Inglaterra. Se ha escuchado en La República Checa, Australia, España, Estados Unidos, Reino Unido, Costa Rica, Canadá, entre otros países. Uno de los casos que me llama más la atención es el de un pueblo llamado Woodland en Gran Bretaña, que estaban soportando un extraño y molesto zumbido desde hacía meses. El sonido empezaba a la media noche y tenía una duración de unas 4 horas aproximadamente. En las cercanías de esa población no había ni fábricas, ni torres eléctricas, ni tampoco una mina. Según testigos de esa población afirmaban de que en algunas zonas de la casa se podía escuchar con más fuerza y notaban como vibraban las paredes de sus casas. En la actualidad ningún científico ha logrado identificar su procedencia. Todos los lugares en que ha aparecido dicho fenómeno, éste se incrementa por la noche, y es mayor en lugares cerrados. Los que pueden escuchar este zumbido aseguran que les cuesta dormir por la noche, tienen fuertes dolores de cabeza, náuseas, mareos, sangrado nasal y alteraciones de sueño. Hay diversas teorías sobre el zumbido “The Hum”, algunas ya están descartadas, como el estudio que realizaron unos médicos que afirmaron de que el sonido no es más que una forma de tinnitus, un ruido que aparece en los oídos o cabeza y que carece de fuente externa. El tinnitus es muy similar al zumbido, pero muchos investigadores no les convence esta explicación por varias razones: el “the Hum” aparece en zonas concretas y lo escuchan personas que tienen una capacidad auditiva perfectamente normal, que al desplazarse a otras zonas dejan de sufrirlo. Un estudio que se realizó en la Universidad de Nuevo México, sobre el famoso caso del zumbido de Taos, donde científicos lograron grabar el sonido, que tiene una frecuencia de 66 hercios. Según ellos el zumbido tiene un origen exterior, pero no lograron identificarlo. Pero sí que negaron la teoría del tinnitius. El profesor Colin Novak, que está a cargo de uno de los proyectos de investigación sobre el zumbido, ha instalado equipos de grabación para identificar el sonido. Este investigador afirma que este fenómeno es real, y tiene que provenir de alguna fuente exterior, pero, aunque tiene alguna sospecha, no quiere desvelar nada hasta que finalice la investigación. Otras teorías descartadas son las de naves espaciales, HAARP, emisiones de radiofrecuencia y armas secretas de la CIA. La única cosa que están los científicos e investigadores de acuerdo es que es un fenómeno debido a causas naturales que son audibles para personas especialmente sensibles.



 La teoría que me ronda por la cabeza y he ido investigando, es una causa natural. El zumbido se asemeja bastante a las vibraciones y sonidos que emiten las raíces de las plantas. Investigando he podido escuchar videos y audios que provienen de las vibraciones que producen las raíces de un vegetal. Estudios realizados demuestran que las plantas pueden intercambiar información con su entorno. La Dra. Mónica Gagliano, investigadora en el Centro de Biología Evolutiva de la Universidad de Western en Australia, ha realizado experimentos sobre si las raíces de las plantas emiten y reaccionan a ciertos sonidos. Los experimentos realizados por la Universidad de Australia, han sido la colocación de micrófonos en las raíces del maíz y utilizando altavoces han detectado sonidos en la frecuencia de los 220 hercios que provienen de las raíces de las plantas. La Dra. Gagliano concluye que “las plantas son mucho más conscientes de lo que hay en su ambiente y de que otras plantas están a su alrededor de lo que se creía hasta ahora”. Además comenta que “No sólo saben qué otras especies de plantas hay a su alrededor sino que además saben si esas especies son buenas o malas para su crecimiento y desarrollo”. La Dra. Gagliano y Michael Renton cubrieron las plantas para que no pudieran usar esas vías de comunicación que ya conocemos, en referencia a la expulsión de sustancias químicas. Descubrieron que las plantas se pueden comunicar mediante una vibración acústica. “Esa sería una manera muy práctica de hacer llegar o de recibir información”, añadió la Dra. Gagliano. En 1973, el botánico Lyall Watson defendió en “Supernature”, un libro, que las plantas se comunicaban y que tenían emociones que se podían registrar en un detector de mentiras. Fue muy criticado por semejante enfoque. Las investigaciones de las últimas dos décadas han confirmado que las plantas se comunican. Son capaces de interaccionar entre ellas a través de señales químicas o lumínicas, el contacto físico o las vibraciones acústicas y, además, pueden reconocerse e incluso detectar a los herbívoros y organizar, en consecuencia, una respuesta de defensa. Las plantas usan sustancias químicas volátiles para comunicarse con las demás plantas en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando el peligro se acerca. Cuando una planta presiente un peligro, por ejemplo, una planta de judías infectada por pulgones estaba conectada a otra a través de una red de hongos, la planta sana empezaba a generar una defensa química para prevenir la plaga. Las plantas conectadas pudieron desarrollar químicos para repeler a los pulgones y otras sustancias para atraer a las avispas, que son las que cazan a los pulgones. Las plantas se defienden entre ellas, y para comunicarse del peligro usan las raíces, que emiten un sonido y vibración. Algunos animales pueden oír esas vibraciones y pueden entenderlas, como por ejemplo, cuando se ve aves volando alteradas, animales huyendo, sabiendo que un peligro se acerca, como un terremoto o un volcán en erupción. Las plantas comunican sobre el peligro, se ponen en contacto entre ellas y los animales actúan para huir y ponerse a salvo. Todo viene relacionado con la inteligencia de la madre tierra (Gaia). Después de averiguar todo esta clase de investigaciones, estuve buscando esos sonidos para comparar con la teoría de que “The Hum”, en realidad, viene del sonido y vibración de las raíces de las plantas. Al oír diversas grabaciones, pude llegar a la conclusión de que mi teoría era una de las que más se acercaba. A lo largo del siglo XX y siglo XI, el ser humano avanza pero hace daño a la naturaleza. Las plantas se están viendo amenazadas, por incendios provocados, por la tala de árboles, y por el aumento de población. Ahora el primer enemigo y más peligroso es nuestra especie. Destruye todo lo que ve. El ser vivo más inocente e inofensiva del planeta, son las plantas, pero posiblemente puedan ser las más peligrosas para el ser humano. Para ellas, somos una plaga de pulgones. Esa planta que tienes en casa y no riegas, o esa planta que dejas morir poco a poco, ya no es amiga tuya, te reconoce como un asesino, un peligro para ella. El zumbido “The Hum”, es un alerta o aviso a nuestra especie, por esos algunos humanos pueden llegar a escucharlo. También esas vibraciones que se sienten en las paredes de las casas, es la vibración de las raíces de todas las plantas, árboles y arbustos que se ponen de acuerdo para crear una intensidad de sonido para que el ser humano lo oiga. Las plantas empiezan a llorar y a pedir socorro y no las queremos oír. Ellas mismas con sus sustancias químicas o lo que ellas crean oportuno, acabaran con la mitad, o menos de la mitad, de nuestra especie. Nuestro problema, es que no queremos escuchar a nuestra madre tierra (Gaia). 

Mary Gutiérrez


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